1.- Proponte una meta.
En primer lugar, lo que debes hacer es proponerte una meta, algo que desees conseguir de verdad. En este punto deberás tener presente que nada es imposible a no ser que tú lo creas, así que no tengas miedo de poner el listón demasiado alto, es más, yo te recomendaría que aspiraras a lo máximo.
Una vez que tengas clara la meta que deseas lograr, anótala en un cuaderno (si es un cuaderno exclusivo para todo este tipo de ejercicios mejor que mejor) y desarrolla en qué consiste, cómo pretendes lograrla… LLevar a cabo el acto de escribir tu meta hace que ésta profundice en tu inconsciente y aumenta tu compromiso con ella.
2.- Fija una fecha límite.
En el mismo cuaderno, fija una fecha límite para cumplir tu propósito. Va en función de la meta elegida y debe ser una fecha realista, ni demasiado tiempo ni muy poco.
Al fijar fechas nos obligamos a trabajar de forma constante para cumplirlas y evitamos caer en la trampa de la postergación.
Las fechas, en realidad, no son estrictas sino que pueden ser modificadas si existe algún motivo razonable para hacerlo pero se deberá tratar de respetar el plazo propuesto inicialmente.
En cuanto al hecho de fijar fechas, es recomendable dividir tu meta en pequeñas submetas semanales, es decir, que cada semana logres un pequeño propósito que te acerque a tu verdadera meta.
3.- Ponte en marcha.
Para construir un rascacielos hay que empezar poniendo el primer ladrillo y eso deberás hacer tú con tu meta. Da el primer paso hacia ella, pues aunque quizás hoy te parezca inalcanzable verás como dentro de un tiempo comenzarás a percibirla cada vez más cerca tuya.
Día a día se hacen los años, paso a paso los caminos, y gota a gota los mares.
4.- Ten fe.
Para poder tener éxito es fundamental que te creas capaz de lograr tu propósito, pues si no crees que puedes conseguirlo te será imposible alcanzar tu meta. Sin fe no hay éxito, grábalo en tu mente.
Para mantener tu fe y tu motivación te aconsejo que realices el siguiente ejercicio: Trata de visualizarte con frecuencia como si ya hubieses logrado tu meta e intenta también sentirte como lo harás cuando consigas llegar hasta ella.
Parece simple e incluso ridículo pero es muy efectivo.
5.- Nunca te rindas.
El mayor error que puedes cometer es rendirte. Jamás te des por vencido/a.
En bastantes ocasiones sentirás ganas de tirar la toalla pero es justo en esos momentos, en los más difíciles, dónde la mayoría de la gente sucumbe, y si tú logras hacerles frente sin rendirte ten por seguro que alcanzarás tu meta.
Superar todos y cada uno de los obstáculos que te separan de tu meta es clave para lograrla. Así que, nunca te rindas!
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Were this world an endless plain, and by sailing eastward we could for ever reach new distances